sábado, 23 de julio de 2011

1º Capitulo. El vuelo.

(Narra Frank)
Eran las 9.30 de la mañana. Tenía que cojer un vuelo a Nueva York.  Había estado estudiando en Alemania, o eso pensaba yo, porque aquello era un descontrol total. Fiesta por aquí, fiesta por allá. Bueno, era lo que tenían las becas.
Cuando llegué a la puerta de embarque, me llamó mucho la atención un chico alto, de pelo rojo chillón, y con una manera muy peculiar de vestir. Llevaba una camiseta negra, una chupa de cuero, unos pitillos también negros una especie de botas militares no muy bien atadas. Tenía una sonrisa encantadora y unos ojos donde si te perdías en ellos ya no salías. Me quedé bobo mirándolo. Cuando se dió cuenta de que le mriraba se le escapó una sonrisilla pícara.
Que vergüenza, me había visto. Giré la cabeza hacia otro sentido para no verlo, ya que me había ruborizado un poco. Estaba en la misma cola que yo, asique supongo que debía cojer el mismo vuelo que yo.
Cuando entré en el avión, una de las azafatas me pidió el billete y me acomodó en un asiento que daba al pasillo. Saqué mis cascos y busqué en mi playlist The Misfits, y puse el volumen a tope. Cerré los ojos y levanté la cabeza hacia atras pero sin intención de dormir, solamente de relajarme. No paraba de venirme a la cabeza la imagen de ese chico de pelo rojo, poro no me molestaba.
Al cabo de unos minutos, me tocaron en el hombro. Venga ya! no podía ser él.
Aunque si que lo era, la azafata le dijo que estaría ami lado en la ventanilla.
- Perdón, ¿me dejas pasar? Me temo que nos ha tocado juntos.- Me dedicó una gran sonrisa de alegría, lo que no sabía era el porque.
- Oh, claro, si...pasa.- No me dió tiempo a levantarme. Entró con facilidad y agilmente votó mis piernas y se acomodó a mi lado.
Que bien, iva a tenr al chico del pelo rojo a mi lado todo el vuelo, el mismo chico que hace apenas un rato me había pillado mirandole embobado.
Me quité los cascos, pero se me olvidó parar la música.
- ¿The Misfits?.- Me preguntó él con una voz que hipnotizaba.
- Si, ¿los conoces?.- Dije como un niño cuando quiere cambiar un cromo.
- Claro, ¿quien no? .- Agachó ligeramente la cabeza para mirarme desde abajo, él sabía que esa mirada paralizaba a la gente y eso es lo que sucedió conmigo.
- Que bien.- Dije al final. Me quedé callado, esperando a que alguno de los dos rompiera el silencio, porque no me apetecía estar todo el vuelo así.
Al rato dijo con voz inocente:
- Yo soy Gerard. ¿Y tú eres?.- Me dijo con su maravillosa sonrisa de oreja a oreja. No pude contestarle durante unos segundos. Susu ojos eran preciosos, no sabía como salir de ellos. Al poco rato dije con un hilillo de voz.
- Yo soy Frank, en..encantado.- Hice ademán de darle la mano, pero lo que pasó fue toatalmente distinto, si, me agarró de la mano, pero para acercarme a él y darle dos besos.
Como me hubiera gustado besarlo en esos labios tan perfectamente dibujados.
-¿Estás bien?.- Preguntó como preocupado.
- Si, ¿por?
- No se, te has quedado parado sin decir nada.
- Esque...me he quedado miranndo...tus ojos...Oh perdón!.- Con torpeza se me calleron los cascos en sus piernas.
- No pasa nada, hombre.- Y volvió a sonreirme, se quedó mirando los cascos.- Están muy chulos, cuidalos bien, eeh?
-Lo haré, claro que lo haré.- Yo pensé, "por ti todo."
Durante un buen rato nos quedamos mirandonos el uno al otro, como intentando descubrir que se escondía de cada mirada. Hasta que torpemente, interrumpí la conexión visual al oir el carrito de las bebidad.
-  ¡Por favor! Una cerveza.-Me la dió, estab fresquita, como a mi me gustaba.- Gracias.
-A mi otra, por favor.- Dijo Gerard.
Chocamos las cervezas y nos las bebimos, como si no tubieramos tiempo para beberlas, en un trago nos las acabamos.
Las dejemos otra vez en el carrito para que la azafata las tirara.
Al cabo de n rato noté algo en mi homro derecho. Que mono, se había quedado dormidito en mi hombro. Me acerque a su pelo, que bien huele, y que sueve lo tiene aunque parezca despeinado. Le di un suave beso en la cabeza y me apolle ligeramente sobre su cabeza. A los pocos minutos me agarró el brazo, como si de un peluche se tratara. Que agusto estaba en aquel momento, deseaba que no se acabara nunca. Pero al final, acabé durmiendome yo también.





El mismo capitulo narrado por Gerard.
Dios, que tarde se me había hecho!. Ya tenía que estar en el aeropuerto. Cojí mi maleta y mis cuatro cosillas imprescindibles y salí pitando hacia el aeropuerto.
Había viajado a Alemania a recibir clases de canto con uno de los mejores cantantes que actualmente existía. Pero, bueno, ya me tenía que ir a casa. Mi vuelo salía a las 9.45 hacía Nueva York, y me daba la impresión de que lo iva a perder, aunque fueran las 7 de la mañana. Mi sentido del tiempo estaba un poco trastocado ultimamente.
Cuando llegué a la cola, era de los primeros. Cuando estaba entregando el billete, me giré un momento, y allí estba él. No se quien era, solo se que era lo más bello que había visto nunca. Me di cuenta de que el tambíen me miraba y le sonreí, pero enseguida jiró la cabeza. No entí el porque, la verdad.
Cuando entré en el avión, que por cierto entré tarde, gracias a mi sentido del tiempo, le entregué el billete a la azafata y me dijo que la acompañara. No es posible, estaba ahí! El chico que había visto antes estaba ahí mismo! Cuando al azafata me indicó mi sitio, me quedé un poco parado, ¿iva a viajr al lado de él? ¿todo el viaje? ¿enserio? ¡ Que bien! grité en mis adentros.
Le toqué suavemente el hombro, porque estaba escuchando música y probablemente no me oiría.
Se giró como sobresaltado al verme.
- Perdón, ¿me dejas pasar? Me temo que nos ha tocado juntos.- Intenté ser lo màs amable que pude y le sonreí alegremente.
- Oh, claro, si...pasa.- Intentó levantarse para dejarme entrar pero yo ya estaba sentado.
Me miró como extrañado. ¿Que había hecho mal?
Bueno, me dediqué a pensar que este sería el mejor vuelo que habñia hecho porque iva a estar a su lado.
No se porque pero se quitó los cascos, pero la música seguía sonando. Y como sonaba, este chico se iva quedar sordo. La música me era familiar y deduje que podían ser The Misfits.
- ¿The Misfits?.- Le pregunté amabñemente.
- Si, ¿los conoces?.-  Me preguntó como si en la respuesta que le iva a dar iva acompañada de una chuchería. Que mono.
- Claro, ¿quien no? .-  Le miré de una forma que nunca lo había hecho, pero por lo vistó, le gustó, porque se quedó callado mirandome fijamente.
Al final me dijo:
- Que bien.
Se produjo un silencio incomodo hasta que lo me lanzé y lo rompí.
- Yo soy Gerard. ¿Y tú eres?.-  Le pregunté lo más amable posible.
No se porque, pero se quedó parado, sin contstar y mirandome directamente a los ojos. Al poquito rato dijo, casi sin poder hablar.
- Yo soy Frank, en..encantado.- Le costaba hablar, me acercó la mano para estrecharselo, pero lo que hice fue agarrarlo y acercarlo junto a mi para darle dos besos lo más cerca posible de mis labios.
Sabía que le había gustado mi presentación ya que se quedó callado durante un rato, otra vez, volviendo a mirarme, no os imaginais cuanto lo disfruté.
-¿Estás bien?.- Le pregunté, sunwue si que sabía que lo estba.
- Si, por?.- Intentó escusrse.
- No se, te has quedado parado sin decir nada.
- Esque...me he quedado miranndo...tus ojos...Oh perdón!.- Noté que algo caía en mis piernas, eran sus cascos, que porcieto, molaban mucho. Tenían la bandera americana y en uno de ellos ponía WORK y en el otro SUCKS. Work Sucks, jajaja.
- No pasa nada, hombre.-  Le sonreí con la intención de que me la devolviera..- Están muy chulos, cuidalos bien, eeh?
-Lo haré, claro que lo haré.- Y entonces me devolvió la sonrisa. Dios, y que sonrisa.
Dirante un buen rato nos quedamos mirandonos fijamente al los ojos, hasta que son sabes porque se giró bruscamnete.
-  ¡Por favor! Una cerveza.- Le dijo a la señora de las bebidas.
-A mi otra, por favor.
Hicimos como un pequeño brindis con los botellines y nos las bebimo, demadiado deprisa, pienso yo.
Le dimos los botellines la señora.
Me entró sueño, eso de madrugar no era lo mio, asique caí rendido sobre el hombro de Frank.
Noté como se acercaba y entonces le agarré el brazo. Que bien dormí en aquel momento.

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